viernes, 13 de octubre de 2017

Vigencia del pensamiento de Che Guevara en el contexto histórico-social de América Latina; y de la construcción del Socialismo en Cuba en el siglo XXI. Por Alfonso Alonso Franquiz por La pupila insomne

Vigencia del pensamiento de Che Guevara en el contexto histórico-social de América Latina; y de la construcción del Socialismo en Cuba en el siglo XXI. Por Alfonso Alonso Franquiz

por La pupila insomne
INTRODUCCIÓN:
Cuba declaró el 16 de abril de 1961 el carácter socialista de su revolución, en un histórico discurso del líder de la revolución Fidel Castro Ruz, en el preludio de la Invasión Mercenaria por Playa Girón, al sur de la provincia de Matanzas Para muchos en la actualidad ese hecho histórico constituyó el inicio de la construcción de la sociedad socialista en nuestro país. Sin embargo hay quienes sostienen se le puso nombre a algo que, por el contenido de las medidas tomadas por la dirección de la revolución cubana en el último cuatrimestre de 1960.
 En la actualidad hay autores que fundamentan el inicio de la transición al socialismo en Cuba cuando se puso en marcha la industrialización del país, la cooperativización y el ambicioso plan educacional y cultural, luego de firmado los primeros acuerdos económico comerciales con la URSS, la RPCH y otros países del llamado Sistema Socialista Mundial, firmados a inicios del primer quinquenio de los años 60 bajo la impronta del asedio, las agresiones, los ataques piratas, de planes de atentados contra líderes de la revolución y la implantación de un bloqueo económico y financiero por parte de los EEUU. (2).
En la etapa inicial de la construcción socialista en Cuba el Comandante Ernesto Guevara de la Serna se desempeñó, como Presidente del Banco Nacional de Cuba y posteriormente como Ministro de Industria (año 1960 hasta inicios de 1965). En 1964 Che Guevara posee vastos conocimientos económicos, políticos, científico técnico, etc; y una elevada capacidad de síntesis para evaluar las primeras experiencias de la implementación de las tareas económicas y sociales de la transición socialista en la mayor de Las Antillas. Es por ello que, en las postrimerías de 1964, está listo para comenzar a escribir un breve pero enjundioso ensayo teórico y así darle respuesta a la persistente petición de Carlos Quijano, entonces Director del periódico Marcha en Montevideo, República oriental del Uruguay. (3).
El presente trabajo retoma dicho ensayo titulado: “El socialismo y el Hombre en Cuba”, que fuera publicado por primera vez, el 13 de marzo de 1965. Lo hacemos para cumplimentar el siguiente objetivo: Valorar la importancia histórica de esta obra para la edificación del socialismo, a pesar de los cambios que determinan los grados de complejidad sistémica del mundo actual.
DESARROLLO:
La sólida formación marxista de Che Guevara se completó mediante un riguroso método de análisis teórico práctico de las experiencias de la teoría económica, del método materialista-dialéctico con énfasis en las Leyes, Sistema Categorial y del papel de la Praxis Revolucionaria en diferentes contextos históricos. El estudio de las obras fundamentales del marxismo y en particular de V. Ilich Lenin; así como la praxis de la edificación socialista en diferentes países, con énfasis en la URSS, constituyeron elementos cardinales del pensamiento de Che Guevara. Otro tanto influyó la realidad de América Latina, su historia y las experiencias sacadas de los viajes que el joven revolucionario argentino realizara en compañía de su amigo Alberto Granados.
Para poder entender muchas de las aristas del pensamiento marxista de Che Guevara es necesario detenernos en revelar cómo se produjo, a grandes rasgos, la continuidad teórico-revolucionaria de marxismo en tiempos del Imperialismo. Este fue el aporte fundamental de V. Ilich Lenin: El estudio de la dialéctica de lo general y lo particular, en una nueva época histórica; el papel de las vanguardias políticas de nuevo tipo, las ideas en torno la teoría de la revolución socialista (particularidades, contenido y tareas, la necesidad histórica de un periodo de tránsito del Capitalismo al Socialismo, la viabilidad histórica del triunfo de la revolución socialista en uno u varios países –y no simultáneamente como proclamaran Marx y Engels-, el carácter de las tareas estratégicas iníciales para conformar la base económica socialista, con énfasis en un “sistema de cooperativistas libres”, la alianza obrero campesina, el papel de la intelectualidad, la batalla ideológica por ganar a la pequeña burguesía, la importancia de concertar compromisos, realizar reformas y de avanzar en la formación de una nueva personalidad histórica portadora de una nueva conciencia social basada en los valores más altruistas); a lo cual se agregó todo el acervo teórico que Lenin legara al interpretar las experiencias de la edificación de la Unión Soviética, la batalla por forjar un fuerte movimiento comunista internacional y de apoyo a los movimientos de liberación nacional en otros continentes.
 Todo ello tuvo lugar en solo 54 años de vida de los cuales solo en los últimos 6 (1917-1923) tuvo lugar el primer segmento de una revolución socialista victoriosa en el antiguo imperio de los Zares –que Lenin denominara “eslabón más débil de la cadena imperialista” en Europa. Fueron años de grandes asedios de las potencias imperialistas contra la joven revolución bolchevique, de guerra civil, de hambrunas y otras calamidades sociales. El pueblo ruso fue capaz de vencer dichas adversidades e iniciar, en Octubre de 1921el desarrollo de la Nueva Política Económica propuesta por Lenin. Solo la grave enfermedad que entre 1922y 1923 aquejara a Ilich (como secuela de un vil atentado anterior) determinó su muerte en enero de 1924. Al decir de un eminente periodista norteamericano esta fue la hemorragia cerebral más llorada en el mundo. (4).
La prematura muerte de Lenin, las complejas tareas por acometer, las difíciles condiciones de la edificación socialista en un país vasto y lleno de contrastes como Rusia, determinaron divisiones y profundas querellas entre la “vieja guardia leninista” que condujeron a groseras violaciones de la democracia socialista, y la posterior traición de Stalin al legado teórico y el magisterio practico de Lenin. Fueron los “vientos” que después engendraron la “tempestad” del derrumbe del llamado “Socialismo Real” y la desintegración de la URSS. (5).
Muchas fueron las voces, de prestigiosas personalidades del movimiento revolucionario mundial, que se alzaron contra los errores y desviaciones de las  enseñanzas de Lenin y otros teóricos del marxismo, en la 1ra mitad del siglo XX. En Cuba tenemos el caso de Julio Antonio Mella.
De  este controvertido escenario político e ideológico, inherente al Movimiento Comunista Internacional, tuvo conocimiento el joven médico argentino Ernesto Guevara durante la primera etapa de su formación marxista; de modo que cuando él se encuentra con Fidel Castro –tal como este último le contara a Gianni Miná- Guevara era ya un marxista maduro: “se había leído toda una biblioteca marxista”. (6).
Una vez en Cuba –durante la guerra  y después del triunfo en enero de 1959- Guevara (ahora llamado cariñosamente como Che), continuó su acuciosa “costumbre de estudiarlo todo, de anotarlo todo”. (Castro, Fidel. 1967).Y fue así que su espíritu de superación constante, de estudio constante, de análisis crítico de los acontecimientos y de la actuación de los revolucionarios le fueron forjando –sin dogmas ni acatamientos preconcebidos de teorías “hechas” en otras latitudes y experiencias- uno de los pensamientos marxistas más creadores de su época. Véase el Discurso de Fidel Castro de octubre de 1967. (7).
En tal contexto tiene su alumbramiento el ensayo “El socialismo y el Hombre en Cuba”. Veamos a continuación su contenido principal y el alcance teórico estratégico de las ideas contenidas en el mismo. Solo quedará, para otro trabajo posterior su vigencia para el contexto actual de la actualización del modelo económico y social de la revolución cubana.
Principales temáticas abordadas por el Che en ese ensayo:
  • Breve análisis histórico sobre la etapa insurreccional de la revolución cubana.
  • El nacimiento del sujeto colectivo (pueblo-masa) en el contexto de la lucha armada y los primeros años de revolución triunfante.
  • La conformación de la vanguardia política conductora de la revolución, en cada etapa, el papel del liderazgo y la forja de la unidad (líder-vanguardia política-pueblo).
  • La importancia concedida por el marxismo a la superación dialéctica de la enajenación del hombre, en el Capitalismo, a la liberación humana y el destaque del rol a desempeñar por el individuo, y la necesidad histórica de la formación de la nueva personalidad histórica forjadora del Socialismo.
  • El análisis de la experiencia histórica de la construcción del Socialismo, los fundamentos de la dialéctica delo general y lo particular en dicho proceso. La necesidad de la búsqueda de caminos propios.
  • Los fundamentos de la Revolución Cultural Socialista y el proceso de educación y autoeducación del individuo y de la masa (ente colectivo que actúa como sujeto de la edificación socialista). La visión marxista de Che sobre la necesidad histórica de un Hombre Nuevo.
  • Los métodos de dirección en la construcción socialista en Cuba, la batalla contra errores, desviaciones, la alerta contra el burocratismo, la necesidad del crecimiento perfectible de la democracia socialista, el apoyo del pueblo para la posterior institucionalización del país.
  • Los fundamentos sobre los cambios cualitativos del trabajo, la dialéctica marxista de las transformaciones que ocurren en la conciencia social (individual y colectiva) en la medida que avanza y madura la transición al socialismo. El nacimiento de una nueva Moral. El proceso de crecimiento del humanismo socialista, la cultura, y los valores.
  • El papel de los sujetos que conforman el nuevo sistema político. La necesidad de la existencia del Partido (de nuevo tipo, según Lenin, como vanguardia política superior de la edificación socialista; su estrecha unión con las masas.
  • La juventud como objetivo estratégico de toda la obra social que se construye, su relevante papel como sujeto activo de las transformaciones: “La arcilla fundamental…” según el Che.
  • El singular papel del cuadro conductor de una revolución socialista en Cuba –a solo 90 millas de EEUU-, el carácter formador del ejemplo y el sacrificio personal, de las virtudes humanas, la sensibilidad para entender y luchar por la solución de los problemas que aquejan a los pueblos, su colectivismo y el papel del internacionalismo.
  • Visión sobre los grados d complejidad de la edificación socialista en las condiciones particulares de Cuba, los retos por venir y el papel que la revolución cubana debe desempeñar por ser la iniciadora del camino al socialismo en América Latina.
  • La comprensión de que la experiencia cubana recién comenzaba, que la desorientación era grande, que se recrudecerían las embestidas del Imperialismo contra la joven revolución y que el optimismo histórico de un revolucionario debe estar basado en la justeza de la causa que defiende, que consiste en luchar por  los anhelos de independencia nacional y justicia social para los pobres, los explotados: Las “estirpes condenadas a 100 años de soledad” como expresara Gabriel García Márquez. (8).
Ha transcurrido medio siglo desde aquel aporte teórico que sintetizara casi 5 años de experiencia de la revolución cubana y su impacto regional y global. Pocos meses después de su publicación, un 13 de marzo en Montevideo, Che Guevara inició una misión  internacionalista en el Congo junto a un grupo de combatientes cubanos en calidad de asesores.
En estos últimos cincuenta años han tenido lugar profundas transformaciones a escala nacional, regional y mundial. Nuevas generaciones de cubanos, más del 60% nacieron a partir de 1965. Ello supone una relectura crítica de este importante aporte a la teoría de la construcción del socialismo, a partir de la experiencia de una revolución socialista en los marcos geopolíticos del hemisferio occidental –en una región considerada por EEUU como su traspatio y “zona de influencia vital” para sus intereses hegemónicos- donde la dependencia y el subdesarrollo condicionó que fueran llamados “países del Tercer Mundo”, de la “Periferia” y también del “Sur”.
La dialéctica de lo general y lo particular supuso el surgimiento de nuevas concertaciones económicas y políticas a escala regional y global. Un inusitado desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación modificaron paradigmas y comportamientos sobre el desarrollo económico, el comercio, las relaciones Norte-Sur, la carrera armamentista y la actividad de inteligencia y confrontación entre las dos Superpotencias (EEUU-URSS) y los dos Bloques Político-Militares de la Guerra Fría (OTAN-Pacto de Varsovia); así como conflictos interétnicos, auge de los movimientos liberación nacional y el surgimiento de nuevos Estados y Repúblicas -provenientes del antiguo Mundo colonial Capitalista- lo que redundó en nuevas voces en la ONU, y la batalla común por Orden Mundial más justo.
A todo lo anterior se une la batalla social hacia lo interno de cada país. No es posible abarcarlos a todos en una generalización, baste significar que el poderoso movimiento antiguerrerista desatado contra la genocida guerra de EEUU y sus aliados contra Viet Nam, fue un poderoso factor en la derrota sufrida por el Imperialismo Yanqui en el Sudeste Asiático. Se afianzaron movimientos sociales reivindicativos de los derechos de los pueblos originarios, por la batalla estratégica en defensa del medio ambiente, la igualdad de género, etc.
En virtud de todo esto es necesario continuar reflexionando sobre los cambios que determinan los avances y retrocesos económicos, sociales, políticos y morales en el mundo actual. Cuba no puede verse fuera de ese contexto, al contrario ella está inserta, cada vez más, en nuestra región natural: América Latina y el Caribe. Y para lograr el desarrollo del pensamiento social basado en el método materialista dialéctico marxista no podemos desconocer los grados de complejidad sistémica de nuestro objeto de estudio: La sociedad.
El ser humano individual y colectivo que compone la sociedad actual, en uno u otro país, nos está indicando que: pese a la avalancha científico tecnológica e innovativa, que interpenetra todo el tejido social y nos cambia el modo de actuar y de pensar -tanto en la vida social como privada, laboral o familiar, etc-; así como los niveles de globalización que las telecomunicaciones, la informática, las comunicaciones, el transporte, y el papel preponderante de los medios de comunicación, las redes sociales y el mundo virtual del ciberespacio; estas son variables complejas que los cientistas sociales deben dominar en sus múltiples manifestaciones.
La Globalización Neoliberal Imperialista quiere imponernos patrones de conducta y de pensamiento basados en “novísimos” códigos. Nacen así categorías nuevas: “Estrategias Globales”, “Aldea Global”, “Cultura Global de Masa”, a lo cual se añaden fetiches que encubren los nuevos métodos de explotación de las Transnacionales, el papel gendarme de EEUU y sus aliados de la OTAN,  el Grupo de los 7 y los aliados regionales como Israel, Colombia, Corea del Sur y otros.
El Monopolio de la tecnología de avanzada, tanto militar como civil, por parte de EEUU y sus aliados más allegados –no obstante, el primero se reserva el derecho de no transferir a sus aliados tecnologías de primerísimo  nivel denominadas “Estratégicas o Futuristas”- y en consecuencia rasgos del Imperialismo como la exportación de capitales –en especial la transferencias de tecnologías-tienen hoy manifestaciones diferentes a las de medio siglo antes.
Basados en todos los elementos anteriores existen invariantes, ejes transversales que son los fundamentos objetivos inesquivable en cualquier análisis científico -esencias propias del sistema global del Imperialismo-, al margen de que la discusión teórica de sus manifestaciones actuales esté dando las claves de un nuevo estadío epocal. Aquí está la vigencia histórica del marxismo en la contemporaneidad. Y también está la tarea actual de las ciencias sociales, de las vanguardias políticas de los partidos y movimientos de izquierda, de los movimientos sociales reivindicativos por mejores derechos de vida, trabajo y salud, así como por los movimientos de los llamados pueblos originarios con sus reclamaciones ancestrales y actuales.
La batalla histórica que los pueblos libran contra la dominación imperialista internacional y el apoyo cómplice de las burguesías nacionales asumen características propias en cada país y región. Tal es el caso de la batalla histórica actual de la Revolución Bolivariana de Venezuela frente a las últimas declaraciones, sanciones y amenazas de la actual dirección de los EEUU. Como expresara el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla: “Que no piense, ni por un minuto, el gobierno de EEUU que puede utilizar la política de la zanahoria con Cuba y la del garrote contra Venezuela, porque somos un solo país”. (9).
¿Acaso se pretende con estas agresiones lograr que Cuba –iniciado casi apenas el proceso de restablecimiento de las relaciones con EEUU- no mostrará su solidaridad militante con la revolución venezolana? ¿Sueña EEUU que si Cuba combate al lado de Venezuela en su contra ello afectará la unidad estratégica del pueblo cubano en torno a su Revolución porque esa actitud le negaría las “bondades” materiales del comercio y la “ayuda” financiera “salvadora” que ello supondría? Tales pretensiones sínicas pueden estar detrás de esta “política absurda” de Donald Trump, actual presidente de EEUU, hacia una América Latina unida con la trasnochada intención de poner de rodillas ambas revoluciones.
Se habla de ¨Ofensiva Mediática contra los Procesos Revolucionarios Latinoamericanos, de una ¨Ola Restauradora de la Ultraderecha Neoconservadora¨ y del ¨Fracaso Histórico de una América Latina Unida por la Solidaridad, la Integración y Libre de Guerras y Armas Nucleares. Estar alertas y dispuestos a combatir es la palabra de orden. Solo los hechos dirán la última palabra. (10).
En el cumplimiento de las nuevas tareas históricas por un mundo mejor y por el avance de las investigaciones teóricas de las ciencias sociales tiene vigencia la esencia del pensamiento revolucionario de Che Guevara. En nuevos ensayos se demostrará la veracidad científica de la afirmación anterior.
Al final quedará una triología: Un primer trabajo para rescatar la significación histórica del Socialismo y el Hombre en Cuba en su 50 Aniversario; un segundo trabajo para mostrar la vigencia de los fundamentos teóricos tratados por el Che en dicho ensayo y un tercer ensayo sobre la función científico metodológica que está llamado a jugar trabajos como El socialismo y el Hombre en Cuba en el contexto de transformaciones para la actualización del Modelo Económico y Social de la construcción del socialismo en Cuba.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
(1)- Hart Dávalos, Armando (1994): Mi visión del Che desde los 90. Ediciones Mec Graphic s.a.s San Mauro Torinese, Italy. pág: 30.
(2)- Nota: Véase en colectivo de autores (2002): Economía Política de la Construcción del Socialismo: Fundamentos Generales. Editorial Félix Varela, La Habana.
(3)- Che Guevara, Ernesto (1965): El Socialismo y el Hombre en Cuba. Editorial de Ciencias sociales, La Habana. (En 8 tomos). Tomo 8. Págs: 251-272.
(4)- Nota: Véanse los trabajos de V. I. Lenin “Los Estados Unidos de Europa”, “Bajo una Bandera Ajena”, “El Programa Militar de la Revolución”, “Las Tesis de Abril”, “El Estado y la Revolución” y el Discurso en el 4to Aniversario de la Revolución de Octubre, entre otros, para poder comprender su concepción marxista de la Revolución Socialista y de la Construcción del Socialismo en la etapa imperialista del Capitalismo.
(5)- Rodríguez García, José Luis (2014): El Derrumbe del Socialismo en Europa. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana.
(6)- Castro Ruz, Fidel (1980): Un encuentro con Fidel (entrevista de Gianni Miná a Fidel Castro. Editora Política, La Habana.
(7)- ———————– (1977): Discurso en la Velada Solemne del 18 de Octubre de 1967 en la  Plaza de la Revolución. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana.(en 8 Tomos). Tomo 1.
(8)- García Márquez, Gabriel (1980): Cien Años de Soledad. Editorial Pueblo y Educación, La Habana.
(9)- Rodríguez Parrilla, Bruno (2015): Entrevista en Caracas, Venezuela. Periódico Granma, La Habana, Cuba 13 de marzo.
(10)- Véanse: Discurso de Che Guevara en Asamblea Nacional de Emulación del Ministerio de Industria en 1964 donde expresó que los revolucionarios deben tener en cuenta que “…en el Imperialismo no se puede confiar ni un tantico así: ¡NADA! Y  Fidel Castro –carta recientemente publicada por el periódico Granma- donde escribió: “No confío en la política de los Estados Unidos…”. (Che Guevara Escritos y Discursos en 8 Tomos, en el tomo 8 y Fidel Castro en Periódico Granma 27 de enero de 2015, respectivamente.

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